Juan Damasceno. San
        [937](675-749)

 
   
 

  Nació en Damasco en el 675. Fue hijo de un alto funcionario del tesoro del Califa de Damasco. Fue educado por un monje llamado Cosma, rescatado de la prisión por su padre. Fue ocupado en la corte, pero hacia el año 700 renunció a su cargo por la hostilidad del Califa hacia los cristianos.
   Se retiró entonces con su maestro y hermano adoptivo Cosma al monasterio de San Saba, cerca de Jerusalén. Allí llevó vida monacal y se ordenó sacerdote.
   Cuando surgió el error de los llamados iconoclastas, que prohibían las imágenes y las figuras al estilo de los mahometanos, se empeñó en su contra y pasó por jefe de los llamados por los adversarios "iconódulos" (adoradores de imágenes). Se opuso al Emperador bizantino León II, que  había prohibido con varios decre­tos las imágenes. Al no ser súbdito suyo, pudo hacerlo con impunidad.
   En el fondo de la polémica estaba el deseo imperial de dominar a la iglesia y la campaña de los monjes por mantener a la Iglesia libre de intromisiones civiles.
   Pasó los últimos años de su vida reti­rado en el monasterio, entregado a la reflexión teológica y escribiendo algunos de sus mejores tratados religiosos.
   Su erudición le mereció el calificativo de Chrysorrhoas (en griego, 'río de oro'). Mostraba excepcional habilidad oratoria, y sus argumentaciones eran sólidas, humildes y persuasivas
   Entre las obras que se conservan de su ingenio se pueden citar "Fuente del conocimiento", que fue usado como guía y texto básico de los estudios doctrinales de la Iglesia griega primitiva. Tiene tres partes este hermoso tratado de Dogma:
   Maestros de la filosofía que conviene conocer, Compendio de herejías que se deben evitar, Exposición exacta de la fe ortodoxa.
   La tercera parte, la más importante y que constituye un verdadero tratado de catequesis, presenta un sistema interesante basado en la autoridad de los primeros Padres de la Iglesia griega y una exposición de las enseñanzas de los Sínodos eclesiásticos celebrados en Oriente.
  Su mismo rigor de pensamiento y su lógica contundente la aplica a diversos "Himnos" y poemas que de él se conservan y que iniciaron una corriente poética que influyó desde Jerusalén a otros lugares.